America Holanda Gonzalez

ENGLISH:

In Loving Memory of America

America was born on June 30, 1930, in Daule, Ecuador. Her journey through life was a testament to her unwavering strength and indomitable spirit. As a child, she faced early hardships, having been orphaned by her father and separated from her mother and siblings. It was her paternal grandmother who provided the care and love that guided her formative years.

Her life took a beautiful turn when she fell in love with Mr. Lizard Murillo, with whom she created a loving home and raised six children together: Nubia, Adolfo, Martha, Arnoldo, Mercy, and Tanya. In addition to this, at the age of 19, she willingly embraced the responsibility of being a mother to five additional adopted children: Hector, Rosa, Emma, Diogenes, and Isabel. This is a testament to her boundless love and care.

Throughout her life, America's resilience and determination shone brightly. She was not only an older sister, single mother, and daughter, but also a role model for many in her family. Her wisdom and advice were constantly sought after, and her love radiated through every act of kindness, regardless of its magnitude. One of her favorite phrases to repeat was, "We are not in this world to be served, but to serve," and she dedicated her life to living by this motto and taught others.

America's talents were limitless. She studied domestic economics, tailoring, and baking, perfecting her skills. With these talents, she created various sources of income, including catering services, the crafting of exquisite wedding cakes, designing beautiful dresses, and decorations.

At the age of 64, America embarked on a new chapter in her life, making the United States her home. Her resilience allowed her to overcome cultural barriers, demonstrating her ability to adapt and thrive in new environments. She was an essential part of the lives of her grandchildren, nurturing and guiding them as they grew.

As a devoted Catholic, America was actively involved in her community, especially within her church. She generously participated in numerous events and activities, always with a strong desire to give back to those around her.

America's life was a testament to strength, love, and the ability to overcome adversity with grace. She leaves behind a legacy of compassion, resilience, and the enduring belief that love can conquer all. She will be deeply missed and forever remembered by her family, friends, and all those whose lives she touched. America's memory will live on in our hearts, a shining example of the power of love and determination.

Visitation is Tuesday, November 7, 2023 from 5pm to 8pm at the Newcomer Cremations, Funerals & Receptions (Winter Park Chapel).
Rosary Service will start at 6:30pm.

Rosary's service will be livestreamed at the scheduled service time. Click here to view the service.

Mass of Christian Burial is Wednesday, November 8, 2023 at 11:00 am at St. Isaac Jogues Catholic Church, Orlando, FL.

Interment will follow at Queen of Angels, Winter Park, FL

To share your memories of America or leave a special condolence message for her family, please visit the guestbook below.


SPANISH:

En Memoria Amorosa de América

América nació el 30 de junio de 1930 en Daule, Ecuador. Su travesía por la vida fue un testimonio de su inquebrantable fortaleza y espíritu indomable. Como niña, enfrentó dificultades tempranas, habiendo sido huérfana de padre y separada de su madre y hermanos. Fue su abuela paterna quien le brindó el cuidado y el amor que guiaron sus años formativos.

Su vida tomó un hermoso giro cuando se enamoró del Sr. Lizard Murillo, con quien creó un hogar amoroso y crió a seis hijos juntos; Nubia, Adolfo, Martha, Arnoldo, Mercy y Tanya. Ademas de eso, a sus 19 años, asumió con gusto la responsabilidad de ser madre de cinco hijos adicionales adoptados; Hector, Rosa, Emma, Diogenes y Isabel. Esto es un testimonio de su amor y cuidado sin límites.

A lo largo de su vida, la resiliencia y la determinación de América brillaron con fuerza. No solo fue una hermana mayor, madre soltera y hija, sino también un modelo a seguir para muchos en su familia. Su sabiduría y consejos eran constantemente buscados, y su amor se manifestaba en cada acto de amabilidad, sin importar su magnitud. Una de las frases que más le gustaba repetir era: "No estamos en este mundo para que nos sirvan, sino para servir". Y ella dedicó su vida a vivir de acuerdo esto.

Los talentos de América eran ilimitados. Estudió economía doméstica, manualidades, sastreria y repostería, perfeccionando sus habilidades. Con estos talentos, creó diversas fuentes de ingresos, incluyendo servicios de catering, la confección de exquisitas tortas de bodas, diseños de hermosos vestidos y decoraciones.

A la edad de 64 años, América emprendió un nuevo capítulo en su vida, haciendo de los Estados Unidos su hogar. Su resiliencia le permitió superar barreras culturales, demostrando su capacidad para adaptarse y prosperar en nuevos entornos. Fue una parte esencial en la vida de sus nietos, nutriéndolos y guiándolos mientras crecían.

Como católica devota, América participó activamente en su comunidad, especialmente en su iglesia. Generosamente participó en numerosos eventos y actividades, siempre con un fuerte deseo de devolver a quienes la rodeaban.

La vida de América fue un testimonio de la fuerza, el amor y la capacidad de superar la adversidad con gracia. Deja un legado de compasión, resiliencia y la creencia perdurable de que el amor puede conquistar todo. Será profundamente extrañada y siempre recordada por su familia, amigos y todos aquellos cuyas vidas tocó. El recuerdo de América vivirá en nuestros corazones, un brillante ejemplo del poder del amor y la determinación.