Tomas Perez Ovalles

Tomás Pérez Ovalles – 24 de Mayo, 1949 a 1ro de Diciembre, 2023

Tomás pasó a morar con el Señor a la edad de 74 años, el 1ro de Diciembre de 2023 a las 6:34 PM, en Orlando FL. Le sobreviven su esposa (su gatita) Rosalina Pérez, su hijo Edwin y nuera Zuleika, sus nietos Edwin y Andrea, sus bisnietos August y Kairo. Sus hermanas Luz, Rosa y Josefina. Sus hermanos de padre, Zunilda, Ana, Beatriz, Rafaelina, Pedro y Emilia. Una gran cantidad de familiares y amistades que si los mencionáramos a todos no tendríamos espacio.

Tomás nació en el pueblo de Moca, Republica Dominicana, donde paso su infancia y parte de su juventud y luego se trasladó a los Estados Unidos, donde paso el resto de sus días. Pero siempre mantuvo sus raíces Dominicanas. Sus padres biológicos fueron Tomas Pérez y Maria (Lila) Ovalles. Debido al fallecimiento de su madre durante el parto, Tomás fue acogido por la familia Almánzar. Compuesta por José Manuel Almánzar y Rafaela de Jesús Diaz, Altagracia Almánzar y Josefina Almánzar.

Tomás fue un esposo inigualable, un padre tierno y dadivoso, un abuelo excepcional, un hermano fiel, un tío que actuaba como padre, un primo que parecía hermano, un amigo incondicional y fue un regalo de Dios para todos a su alrededor. Tomás fue ejemplo de humildad y demostró lo que es amar sin esperar nada a cambio. Fue optimista y luchador hasta el final. Fue un creyente y seguidor de Jesús.

Tomás ejerció la carrera de Técnico Dental, haciendo excelentes trabajos para múltiples respetados dentistas por muchos años.
Entre sus pasatiempos, disfrutaba grandemente de las carreras automovilísticas, especialmente de Fórmula 1 y su corredor favorito Ayrton Senna. También disfrutaba la fotografía, el béisbol (Las Águilas), la comida china y cantar alegre como un bohemio.

Pero su gran pasión era servir, amar, hacer reír, dar ánimo y, sobre todo, amar a toda su familia, especialmente a su esposa Rosalina (su gatita) y a sus nietos Edwin y Andrea.

La partida de Tomás deja un gran vacío y al mismo tiempo una gran satisfacción de haberlo tenido cerca y recibido el amor que demostraba constantemente a todos a su alrededor.

Tomás (cariñosamente, el Gato) ahora está descansando en paz junto a los brazos de su Señor y Salvador Jesucristo y sabemos que esto no es un adiós, sino un hasta luego.

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